Parece que cada día el mundo se caotiza más. Vivimos momentos de transformación que parecen verdaderamente caóticos, donde los sistemas de salud y alimentación convencional se hacen cada vez más costosos e inaccesibles para las grandes mayorías.
Por todo lo antes expuesto, nos vemos obligado a realizar cambios fundamentales para adaptarnos a las nuevas realidades y hacernos responsables de nuestras vidas cada vez más.
Lo más importante es que esos cambios no tienen porque ser traumáticos; por el contrario, podemos hacerlos desde el gozo, que permitirá aprender más y mejor.
Acá te presentamos algunas recomendaciones psicoafectivas.
1.-Organizarse: En situaciones complejas la organización es importante. Y toca organizarse en lo individual y lo colectivo. Procura organizarte con la familia y en la comunidad, en el trabajo y en las organizaciones donde hagas vida. Una forma de organizarse muy efectiva es la de adquirir los alimentos entre varias familias, permitiendo la compra al mayor, lo cual permite un mayor ahorro. Otra forma de organización es acercar consumidores y productores, con lo que se evita una gran cantidad de intermediarios que encarecen los alimentos. Es de resaltar que en esta coyuntura, tanto consumidores como pequeños productores sufren las consecuencias. Acortar la cadena de intermediación es una vía para acceder a alimentos a mejores precios.
2.-Ser flexible y creativo: La flexibilidad y la creatividad son dos cualidades muy valiosas en tiempos de dificultad. Las dificultades nos obligan a cambiar las formas en que hacemos las cosas. Una mentalidad muy rígida no permite que podamos aprender de las dificultades. Es importante aprender en estas coyunturas, que las formas que aprendimos cultural e históricamente a alimentarnos no son las más saludables ni viables como sociedad. Esto lo dicen todas las organizaciones internacionales como la OMS, la OPS, las FAO, entre muchas otras. Es así que hay que cultivar la flexibilidad y creatividad.
La mejor forma para cultivar la flexibilidad y la creatividad es:
-Trabajar con los otros y otras
-Disfrutar de adquirir los alimentos, de aprender cosas nuevas
-Disfrutar la cocina
-Darle mística a todo lo alimentario; recuerda que es sagrado
3.-Amar las nuevas acciones que emprendas: El biólogo Humberto Maturana explica que la base de la vida es un impulso que lleva a individuos a interrelacionarse con otros individuos de la misma y de otras especies, creando nichos ecológicos. Esto es lo que hemos llamado amor. Es un impulso vital. Cuando hacemos las cosa con amor, nuestra química corporal es más equilibrada, y se generan hormonas y neurotransmisores como la oxitocina y la dopamina que nos hacen más felices, más inteligentes y más sanos.
4.-Emprende: Toda acción de cambio es una acción de emprendimiento. Emprende en todo lo que hagas desde la buena voluntad, la sabiduría y el amor. El emprendimiento, inclusive en el mismo tema alimentario puede ayudarnos a generar nuevos ingresos y crear vórtices de prosperidad, en la que podamos contagiar a otros y otras. Ayudándonos, emprendemos desde nuestros dones y talentos, lo que nos permite crear prosperidad; pero la prosperidad no puede ser solo para unos pocos, o desde la mala voluntad; por el contrario, la verdadera prosperidad, saludable, contagiosa y duradera, es la que se hace desde el ofrecimiento de tus dones y talentos a la humanidad. Emprender significa moverte a pesar de las dificultades, para ayudar a que las transformaciones de la vida sean prósperas y lo más equilibradas posibles (Ver video sobre la economía del bienestar).
5.-Cultivar la esperanza y la confianza en la vida: la esperanza es parte de la consciencia vital. La vida surge en el medio de la esperanza. La confianza en la vida nos lleva a tener una química intraorgánica más saludable, que a su vez genera un efecto positivo que nos ayuda a tomar las mejores decisiones.
6.-Aprende a ver la abundancia donde otros ven escasez: Por factores culturales, hemos perdido la capacidad de ver la abundancia del mundo tropical. El mundo tropical tiene el 80% de los recursos, en particular los biológicos como plantas y alimentos. Venezuela es uno de los primeros países en diversidad de plantas medicinales. El problema de fondo es que hemos perdido mucho de estos saberes. Aprendiendo a ver la abundancia donde otros ven escasez, nos permitirá disfrutar mientras resolvemos los retos de la vida.
7.-Aprende cosas nuevas: La flexibilidad nos lleva a estar abiertos, a aprender, reaprender e inclusive recordar y revalorar saberes. Para ello, hay que tener disposición, y lo más importante es lograr que el proceso sea lo más gozoso posible.
8.-Lo más importante no son las recetas sino los principios: En el contexto en el que estamos, lo más importante no son las recetas, sino los principios, ya que a veces no conseguimos o no podemos acceder a alguno de los ingredientes de alguna receta. En tal sentido, entendiendo bien los principios alimentarios desde la salud natural, podremos inclusive crear nuestras propias recetas adaptándonos a nuestras potencialidades y necesidades ambientales y culturales.
9.-Aprende a vivir en la incertidumbre: la vida es constante cambio. Nunca ha estado estática. Pero hoy en día, la vida cambia más rápido, en parte por los avances tecnológicos y comunicacionales. Sin embargo, nuestra cultura y sistema educativo, no nos enseña a aprender a vivir en la incertidumbre, es decir, en el constante cambio. Aprender a vivir en la incertidumbre, nos ayuda a tener una mejor disposición psicológica, emocional y física (haz clic para ver video Amar la incertidumbre).
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