En general las personas comenten el error de considerar que las plantas medicinales funcionan como un fármaco, pero como hemos dicho en reiteradas ocasiones, no pueden usarse igual a un fármaco o como simple sustitutos de estos.
Por el contrario, el uso de las plantas medicinales deben estar inmersos en un enfoque de salud, como el de la naturopatía, el naturismo, la ayurveda o la medicina tradicional china.
En todos estos enfoques, el diagnóstico va mucho más allá del diagnóstico nosológico, es decir, del elaborado desde la medicina convencional alopática, ya que no solo buscan el síntoma y el órgano y sistema afectados, sino que van más allá, a lo que hemos llamado estilo de vida y alimentación, considerando aspectos físicos, mentales, emocionales, ambientales, sociales, culturales, económicos y espirituales.
Es así que es un error común es decir ¿qué planta es buena para la diabetes? ya que esta pregunta no considera todas las demás dimensiones que hay que trabajar y transformar. Es una idea de que tengo que buscar lo inmediato y superficial, tomarme algo y ya. Tiene un sesgo mágico, e incluso un toque de ingenuidad por parte de las mayorías desesperadas buscando una panacea que todo lo cure sin tener que ir a la base del problema.
Recordemos además que los fármacos están diseñados en laboratorios, y buscan un efecto muy específico; mientras que las plantas no fueron diseñadas y por el contrario contienen una gran cantidad de sustancias, nutrientes y fitofármacos con diversos efectos que serán aprovechados si se usan adecuadamente.
En general las plantas medicinales son utilizadas porque generar ciertos efectos de forma integral, que podemos describir de la siguiente manera:
-Desintoxicar: La mayoría de las plantas contienen sustancias que estimulan la eliminación de sustancias tóxicas vía renal (diuréticas), intestinal, o desintoxican pulmones, hígado, linfa. Las herramientas estrellas que podemos usar en el trópico son: corocillo (cyperus rotundus), agua de coco, infusiones tradicionales como menta, hierba buena, malojillo, entre otros. Por su puesto el agua potable es también un elemento importante para estimular la eliminación. Por otra parte, tenemos herramientas maravillosas para limpiar hígado como el jengibre, la cúrcuma, el limón, la sábila, entre otros. Para desintoxicar el intestino contamos con la sábila, la linaza, la flor de cayena, el sen, entre muchos otros.
Recordemos que la mayoría de los problemas de salud están relacionadas a la incapacidad del organismo de eliminar desechos tóxicos en particular por hábitos de consumo, sedentarismo, etc.
-Nutrir: las plantas medicinales también aportan una gran cantidad de nutrientes. En el mundo moderno, aportan precisamente los nutrientes que son descuidados por la industrialización: las vitaminas y minerales. Así, cuando consumimos moringa (moringa oleifera) o pira (amarathus viridis) para contrarrestar la anemia, es porque son ricas en hierro y otros nutrientes. Así mismo, cuando consumimos semillas de auyama o ciruela pasas para mejorar el sistema cardiovascular, es porque son ricas en zinc y otros nutrientes que requiere el organismo para tener equilibrada la tensión arterial.
La mayoría de las enfermedades crónicas están relacionadas a: 1) intoxicación del organismo por su incapacidad de eliminar la gran cantidad de toxinas que se acumulan; y 2) deficiencia de micronutrientes. Ambas tienen causas más profundas y complejas: el estilo de vida y alimentación antinatural de la modernidad.
-Reparar: La nutrición adecuada permite que el organismo se autorepare, es una de los principios de la vida. Recuerde que si se corta, su cuerpo activa una gran cantidad de procesos con lo que cicatriza y regenera la piel. Para ello requiere una adecuada nutrición. Eso ocurre en todo el organismo con todos los problemas de salud. Desde la salud natural, lo que se hace es ayudar al organismo, en el camino natural, a potenciar este proceso.
-Aliviar: Las plantas también tienen una serie de sustancias con una gran cantidad de propiedades como desinflamantes, sedantes, relajantes, antipiréticas, refrescantes, hidratantes, lubricantes, bactericidas, fungicidas, cicatrizantes, entre muchas otras, que ayudarán a aliviar síntomas desagradables según cada caso.
En la naturopatía recordemos hay tres tipos de tratamientos que generalmente se trabajan de forma simultánea:
-Sintomáticos: atacamos el síntoma. Por ejemplo, un problema de piel puede ser tratado con arcilla con sábila de forma tópica, aunque ello no ataca la raíz del problema, alivia el síntoma y esto es importante, pero no lo fundamental.
-De fondo: buscamos equilibrar las macrofunciones que han perdido su equilibrio. Esto nos permite dirigirnos a aspectos físicos base, más allá del síntoma. Volviendo al ejemplo del problema de la piel, podríamos estar en presencia de un problema de acumulación de toxinas y desechos varios que por estreñimiento, el organismo trate de eliminarlas por la piel, generando a su vez una reacción tópica. El tratamiento sintomático es la sábila con arcilla, el de fondo es mejorar la macrofunción eliminación tratando el estreñimiento usando afrecho, linaza, lechosa y otras herramientas.
-Estilo de vida: se trata de impulsar cambios permanentes de hábitos, gestión emocional, sistema de creencias, entre otros. En el caso anterior, se debe reeducar a la persona para que mejore sus hábitos de consumo, lo que significa un cambio mental. Así mismo, habría que evaluar el manejo emocional ya que muchas veces cuando hay estrés, se agudiza el estreñimiento. Incluso el cambio de hábitos debe ser trabajado también desde la dimensión emocional.
Para concluir, podemos utilizar plantas según cada caso, haciendo un diagnóstico integral, siendo muy responsables, pero nunca sustituyendo un fármaco por una planta. En todo caso, las plantas son una herramienta terapéutica y nutricional en el marco de un enfoque holístico.
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