El uso de las plantas medicinales ha sido parte indisoluble de la existencia humana. Sin embargo, en el siglo XX con el desarrollo de la medicina alopática y la industria, el uso de las plantas pasó ha ser en muchas sociedades algo no tan cotidiano incluso un tema tabú. Así mismo, han surgido mitos en torno a las plantas incluso dentro de los profesionales de la salud, quienes conocen muy poco de la fitoterapia.
En general, en nuestras sociedades, a los estudiantes de disciplinas relacionadas a la salud, se les muestra una imagen distorsionada y peligrosa del uso de plantas que luego es multiplicado en sus prácticas profesionales, generando matrices de opinión que satanizan la fitoterapia. Esto tiene varios elementos a que considerar incluyendo el tema del enfoque de salud dependiente de la industria con una gran influencia en la formación académica, así como en la investigación y divulgación de conocimiento.
A pesar de ello, la fitoterapia sigue siendo una práctica cotidiana y es parte fundamental de las Medicinas Tradicionales y terapias Complementarias reconocidas por la OMS.
A continuación, desmitificamos varias creencias falsas en torno al uso de plantas medicinales:
El uso de plantas medicinales es peligroso para la salud
Este mito es en gran medida diseminado por personal de salud ya que en su formación le indican que es preferible evitar el uso de cualquier planta ya que en realidad si existen plantas peligrosas incluso de uso común.
Sin embargo, muchas plantas de uso común como la manzanilla, la mente, la hierba buena, así como frutos como la piña, la lechosa (papaya), entre muchas otras, son consideradas plantas medicinales y no acarrean ningún peligro, de hecho, los índices de iatrogenia (efectos colaterales dañinos) relacionados a uso de medicamentos de la industria es incomparablemente mayor a los ocasionados por el uso inadecuado de plantas. Así que es bastante relativo este mito.
El uso de plantas es de brujos, no de científicos
Aunque muchas prácticas mágicas utilizan plantas, existen muchos otros enfoques de salud que las usan sin contenidos mágico-religioso partiendo de sus efectos físicos concretos productos de los fitofármacos que contienen.
Por otra parte, los contenidos mágico-religiosos pueden ser muy importante para una sociedad y merecen respeto, aunque uno no los comparta o no sean parte de sus creencias. Recordemos el poder de la creencia y los cambios que pueden generar en una sociedad y en un organismo.
En todo caso, el uso que acá promovemos es desde la naturopatía, con basamento científico, pero que comprende la importancia de la espiritualidad como una dimensión humana fundamental en la salud; considerando a su vez que la espiritualidad es un campo diverso que varía en función de la sociedad y de cada persona, desde el libre albedrío.
Como es hierba no hace daño
Este es también un mito extendido y ciertamente peligroso. Las plantas son muchas y diversas, y hay muchas que tienen toxinas, algunas suficientes para matar o dañar a una persona por una toma, o también las hay que tienen efectos bioacumulativos que por su uso prolongado pueden generar daños importantes.
Por otra parte, las dosis son también muy importantes. Es muy común que personas utilicen dosis inadecuadas, o ante el afán de recibir rápidos efectos, utilicen dosis exageradas que generan problemas importantes.
Otras veces, las personas confunden una planta con otra y no solo no sienten los efectos beneficiosos esperados sino que incluso pueden intoxicarse.
Así que el uso de plantas medicinales acarrea responsabilidad y no se puede tomar a la ligera. Si vas a utilizar plantas tienes que tener completa certeza de lo que haces, así como la orientación de un experto.
Los agrotóxicos quedan en la concha de las frutas y vegetales
Los agrotóxicos se han convertido en un problema de salud importante que es poco estudiado en países como Venezuela. En general la gente cree que al quitarle la concha al fruto se elimina el problema; pero la verdad es que los agrotóxicos, al ser parte de los insumos con los que crece la planta, contaminan todo el fruto.
Así que, como siempre decimos, es importante que tengamos certezas que las plantas estén libres de agrotóxicos.
En general, las plantas silvestres o aquellas que podemos sembrar en nuestras casas y espacios naturales, no tienen tanto riesgo de tener este tipo de contaminantes; esto ocurre más bien con frutos y vegetales más comerciales.
Podemos tomar las plantas de cualquier lugar
Lógicamente es importante recolectar las plantas silvestres en lugares limpios de agentes químicos (contaminantes de vehículos) y orgánicos (desechos de animales que pueden contener parásitos y bacterias); por lo tanto, no recomendamos recolectar plantas de las calles.
Usar plantas medicinales es del pasado primitivo
Este mito bastante expandido se desmonta fácilmente cuando observamos como la industria farmacéutica invierte en la investigación de plantas medicinales en todo el planeta y es un mercado en expansión.Por otra parte, existe una competencia de corporaciones transnacionales detrás de estos conocimientos, así como de patentes y biopiratería, en la que tratan de apoderarse a toda costa de los conocimientos de las sociedades para sus propios beneficios mercantiles.
Por otra parte, como lo afirmamos antes, la OMS reconoce a las Medicinas Tradicionales y Terapias Complementarias que a su vez utilizan las plantas medicinales en todo el planeta.
En la ciudad es muy difícil el uso de plantas medicinales
Este es un argumento común para personas con poca voluntad de cambio y que buscan lo más "fácil" según parámetros comerciales. Sin embargo, según otros parámetros es más fácil utilizar una planta en el marco de cambios de estilo de vida y alimentación que adquirir un fármaco costoso traído de otro continente.
Por otra parte, a parte de lo mercados populares donde se consiguen plantas, así como de empresas locales y emprendimientos que ofrecen plantas deshidratadas en distintas presentaciones, podemos sembrar o recolectar en parques limpios, ambientes naturales o incluso en el marco de la expandida agricultura urbana.
Por otra parte, en las ciudades hay más acceso de productos ya que los mercados confluyen con más intensidad en las ciudades que tienen más población, es decir más consumidores.
Por lo antes expresado, este mito es más bien un argumento para quien no quiere hacer cambios profundos por su salud y la del planeta.
Podemos adquirir las plantas medicinales en cualquier lado
En realidad hay que tener cuidado ya que el origen de la planta así como la forma de almacenar y transportar son fundamentales para tener una buena calidad así como para evitar efectos colaterales por contaminantes. Así que no es cierto que podemos comprar plantas en cualquier lado. En ciudades como Caracas observamos comúnmente personas en la calles vendiendo plantas sin ningún cuidado lo que es un riesgo para la salud.
Lo mejor es comprar un fármaco con los compuestos activos
Este es uno de los mitos más difíciles de contrarrestar porque parte de un modelo científico reduccionista.
Lo más importante a considerar es que el ser humano tiene el mismo diseño biológico desde hace millones de años. Estamos diseñados para utilizar los recursos biológicos de forma natural, integrada con todo lo que tiene la planta; pero cuando extraemos y reducimos lo que tiene la planta, ocurren múltiples procesos y efectos dañinos que no ocurre con la planta natural.
Un ejemplo sencillo pero interesante es el del azúcar. La sacarosa es, digamos, el compuesto activo del jugo de caña. Cuando reducimos el jugo a la sacarosa, eliminamos minerales y vitaminas muy valiosos. El jugo de caña, de ser una excelente alimento, se convierte en un "alimento chatarra" con múltiples efectos colaterales muy dañinos para el organismo y la salud pública.
Así que, desde un punto de vista físico, siempre es más beneficioso el uso del recursos natural.
Solo consumiendo la planta me sano
Este mito parte de lo que denominamos "alopatizar" la salud natural, en tanto se cree que la planta es un sustituto de un fármaco, cuando en realidad no lo es. Al "alopatizar" la salud natural, la persona busca una planta para tomar y sanar sin considerar todos las otras dimensiones de la salud que en general llamamos cambios de estilo de vida y alimentación.
El fármaco ha sido diseñado en laboratorios para un efecto determinado; la planta no, la planta contiene una serie de sustancias beneficiosas que son usadas inteligentemente en el marco de un diagnóstico integral (que incluye el alopático pero que trabaja el estilo de vida en general), así que no podemos creer que la planta por si sola sana, sino se está dispuesto a vivir sanamente de manera holística.
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