Lo germinados mejoran la absorción de proteínas de los granos y aumentan su volumen hasta 5 veces. Así mismo, se reducen la cantidad de almidones (carbohidratos) y son más fáciles de digerir. Se pueden preparar con lentejas o frijoles pequeños, aunque cualquier semilla entera germina. La alfalfa, el ajonjolí (sésamo) y muchas otras semillas maravillosas son muy sabrosas y nutritivas.
¿Cómo preparar germinados?
Se coloca una taza remojando toda la noche. El día
siguiente, se coloca en un colador como de pasta, se tapa con un trapo para que
no le caigas insectos (fundamental). Se lava dos o tres veces al día, colocando
debajo del chorro de agua. Esto evita que se fermente. Nunca deben oler mal,
tener espuma ni ennegrecer. Combinar con arroz, con guisos, con atoles y
fororos (en estos últimos se licúan). Consumir a diario.
Una de las maravillas de los germinados es que ya no contienen grandes cantidades de almidones, por lo tanto, mejora su calidad y posibilidad de combinar con cereales como arroz integral.
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