La gran diferencia entre los viejos modelos de siglo XIX y XX y los modelos del siglo XXI radican en la comprensión de la vida y el organismo como un todo integrado imposible de fragmentar. Usualmente nos enfrentamos a especialistas que han perdido, por su propia formación técnica, la comprensión del organismo como un todo. En lo real, lo concreto y vivencial, no podemos separar el organismo en sistemas separados.
La separación del organismo en sistemas y órganos bien diferenciados es funcional en términos teóricos, pero en la realidad todo funciona junto: los intestinos y el sistema nervioso central están muy relacionados aunque uno es tratado por el gastroenterólogo y el otro por el neurólogo; así mismo, los patrones de pensamiento y los sistemas de creencias, el sistema endocrino, los neurotransmisores e inclusive la genética están interrelacionados.
La buena noticia de todo esto es que al acceder a
conocimientos sencillos, con un lenguaje fácil y digerible, puedes tener acceso
a esta sabiduría para adaptarla a tu propia realidad y mejorar tu calidad de
vida.
La metáfora de los cuerpos
Para comprender mejor el funcionamiento de la salud desde un punto de vista holístico utilizamos en parte la metáfora del sistema ayurvédico de salud, cuando hablamos del cuerpo físico, del cuerpo mental y del cuerpo emocional, entendiendo que son metáforas, que no existen como cuerpos separados, que representan dimensiones fundamentales para comprender la realidad, entender el organismo y para actuar de forma holística y muy eficiente superando la mirada fragmentaria.
A continuación, describiremos lo que entendemos como el cuerpo mental, el cuerpo
emocional y cuerpo físico.
Cuerpo mental
Se refiere al sistema de creencias, de pensamientos, de ideas, paradigmas que posee cada individuo y que está estrechamente vinculado con la cultura, con la educación, la familia, las creencias que han sido transmitidas socialmente. Se trata del condicionamiento social el cual tiene elementos saludables pero también elementos relacionados a la enfermedad; incluso podríamos decir que es el origen de muchas enfermedades.
Actualmente se reconoce que las principales causas de
enfermedad y mortalidad son enfermedades crónicas no transmisibles como
diabetes, cáncer, problemas cardiovasculares, entre muchos otros. La
característica fundamental de estas enfermedades es que no son transmisibles y
que están vinculados al estilo de vida y la forma en que nos alimentamos. Así
que el cuerpo mental, es decir, el sistema de creencia, es fundamental en el
desarrollo de estas enfermedades ya que se basan en las formas en que
consideramos que tenemos que alimentarnos y vivir. A partir de estas creencias
se justifican los estilos de vida, de alimentación, se explica el mundo, lo que
se considera bueno, lo que se considera malo, o lo sabroso.
Así que cualquier factor vinculado a la formación y
educación, está destinado a modificar el cuerpo mental.
Psiconeuroendocrinoinmunología
En el avance de las ciencias de la salud se ha empezado hablar de psiconeuroendocrinoinmunología, ya que aquello que fue separado radicalmente en los sistemas científicos convencionales en distintas disciplinas que miran el cuerpo fragmentadamente, se ha empezado a reunir para poder dar respuesta a los principales problemas del mundo actual que requieren cada vez más miradas holísticas. Así que hoy en día se sabe que la manera en que percibimos el mundo, el lenguaje que utilizamos (aquí entra la programación neurolingüística), todo esto modifica las emociones, lo que llamamos el cuerpo emocional, y modifican también el propio cuerpo físico. Por ejemplo, según los pensamientos que tengamos, estimulamos la producción de ciertas hormonas y neurotransmisores que modifican a su vez el cuerpo físico. Se crean conexiones sinápticas así como cierta programación del sistema endocrino e incluso se modifican los genes; por lo cual hoy en día ha se ha desarrollado un campo llamado epigenética.
Cuerpo emocional
Se trata de aquellos elementos subjetivos e intangibles
relacionados a lo que denominamos gestión emocional. Este cuerpo conecta el
mundo subjetivo con el organismo, el cuerpo mental con el cuerpo físico, ya que
las emociones se experimentan no solamente por los pensamientos, sino por una
serie de hormonas y neurotransmisores que se producen en la experiencia de la
interrelación del ser con la realidad. Observar este cuerpo emocional como una
realidad concreta, nos permite desarrollar una visión holística-integral que
nos hace capaces de modificar conscientemente y con sabiduría nuestro cuerpo
físico, ya que si fortalecemos sistemas de creencias saludables acordes con la
naturaleza, desde el cuerpo mental y emocional, reprogramando nuestras
emociones, apoyamos al organismo en la la generación de hormonas y neurotransmisores
de sanación, lo que en naturopatía llamamos la farmacia interna, desarrollando
a su vez confianza en la vida que es el estado natural de nuestro diseño
biológico, lo cual se obtiene con sabiduría que va más allá de la inteligencia,
porque la sabiduría es holística y vivencial, mientras que la inteligencia
es fragmentaria y teórica. Para ello
podemos explorar en infinidades de
técnicas que hoy en día tenemos a la mano: yoga, Tai Chi, biblioterapia (uso
terapéutico de la lectura), meditación, oración, contacto con la naturaleza,
jardinería, cocina terapéutica, entre muchas otras que existen y que se pueden
crear. Lo importante es que esa exploración sea desde el gozo, desde el
disfrute, que te permita conectarte con el bienestar, que es la naturaleza
misma del organismo y la vida.
De lo que se trata es de convertir en hábitos algunas
técnicas muy sencillas con la que podemos modificar nuestro sistema endocrino y
nuestro sistema nervioso, inclusive nuestros genes.
El cuerpo emocional también es heredado aunque de una manera
diferente a la herencia del cuerpo físico qué es la genética. Podemos decir que
heredamos la manera en que gestionamos las emociones, aprendido de nuestros
principales cuidadores en nuestros primeros años de vida, luego de la escuela y
en general de nuestro entorno social; es así que aprendemos a cómo responder y
reaccionar a distintas situaciones, cómo responder por ejemplo ante personas
que piensan distinto, a situaciones difíciles, ante las dificultades, ante
emergencias, ante el éxito y la felicidad, los cambios, etc. Todo es un aprendizaje muy
inconsciente, que no pasa por el cuerpo mental; por el contrario y como lo
explica muy bien el neurocientífico Humberto Maturana, el ser humano, como
todos los seres complejos, somos seres fundamentalmente de impulsos
emocionales; en el sistema nervioso primero actúa el sistema emocional y luego
actúa el pensamiento racional.
Es así que comprendiendo estos elementos, sabemos que si
queremos hacer cambios de estilo de vida y alimentación, significa que nos toca
cambiar nuestras gestión emocional, ya que el placer y displacer, el goce que
pueda producir un tipo de alimento y experiencia, está relacionado a la forma
en que fuimos criados, a nuestra cultura, a nuestro sistema mental, pero
también a nuestro sistema emocional. Existen patrones de pensamiento y de
creencias que pueden estar vinculados a la enfermedad y eso a su vez generan
emociones aprendidas programadas y condicionadas que generan placer, pero que
en realidad detrás del placer está el displacer, es decir, que después de, por
ejemplo, emborracharte en una festividad, con una gran cantidad de alcohol que
resulta realmente tóxico, puedes sentir un gran placer, pero luego vendrá el
displacer producto del efecto de toxicidad y lo que llamamos resaca; por lo
tanto, podríamos decir que esa sensación de placer es un condicionamiento
social que está a su vez asociado a creencias, a las formas aprendidas de
gestionar las emociones, es decir, al cuerpo mental y al cuerpo emocional. De
lo que se trata entonces es de reprogramarnos, de reeducarnos, no sólo desde un
punto de vista intelectual (cuerpo mental), que es insuficiente, y puede
resultar más difícil y tortuoso (hacer una dieta estricta) basados en la culpa,
el castigo, la vigilancia, el "debes de" y el "tienes que".
Por el contrario, la experiencia vivencial natural, es una experiencia
holística, desde el cuerpo físico, el cuerpo mental y el cuerpo emocional como
una unidad, por ello, para realizar las transformaciones y para tener una
transformación desde el gozo, nos toca
reaprender desde el gozo, la vivencia, la emoción, la curiosidad,
reconectándonos con el cuerpo, que es la naturaleza.
Nosotros somos capaces de sentir gozo ante nuevas
experiencias saludables, nuevas experiencias que van a ayudar a nuestro
organismo a estar en estado de equilibrio, a estar en mejores condiciones y a
estar en contacto con la naturaleza; esto no solamente es posible, sino que es
lo que el cuerpo está procurando constantemente, ya que la misma naturaleza
está tratando de hacerlo, pero en nuestras culturas que se han desconectado de
nuestra propia naturaleza y corporalidad, hemos perdido la comprensión de
nuestros impulsos naturales que son impulsos de equilibrio y de salud, que es
lo que se llama en las ciencias de la salud homeostasis, es decir, la tendencia
natural del organismo a buscar y actuar para mantener el estado de equilibrio,
que es el estado de la vida y la salud.
Cuerpo físico
Finalmente llegamos al cuerpo físico. Obviamente el cuerpo
físico es aquel que la ciencia convencional se encarga con más énfasis de forma
fragmentada, es el que se puede cuantificar con más precisión en células,
tejidos, órganos y sistemas; mientras que los cuerpos mental y emocional en
realidad son metáforas subjetiva difíciles de cuantificar, aunque para nosotros
son lo más importante ya que son los que van a posibilitar los cambios
profundos de estilo de vida y alimentación. Para lograr estos cambios nos toca
comprender bien cómo funciona el cuerpo físico, cuál es su relación con el
cuerpo mental, el cuerpo emocional y su inseparable relación con el entorno, ya
que el organismo no está separado de su entorno social ni de su entorno
ambiental; por el contrario, es una unidad compleja de subsistemas
interrelacionados abiertos. El problema del enfoque convencional es que concibe
al organismo separado de su entorno social y ambiental, no considera aspectos
culturales ni considera aspectos ambientales, lo cual para nosotros es
fundamental para lograr los cambios necesarios para que cada organismo esté en
el estado de mayor eficacia y eficiencia de salud en función de su propio
contexto; por lo tanto, cada individuo, cada organismo, es comprendido como
único y particular, y así, cada experiencia es distinta; por ello nuestra invitación es a que cada uno de ustedes cree su propio método,
utilizando sus propias técnicas, adaptándola a sus gustos, a sus realidades,
desde el profundo gozo que significa el vivir en salud.
Multicausalidad versus unicausalidad
Uno de los elementos más importantes a comprender son los cambios de paradigma. La mirada convencional desarrollada en los siglos XIX y XX son unicausales ya que las principales causas de enfermedad en aquel momento eran las enfermedades infecciosas que estaban vinculadas a un agente patógeno particular, es decir, una causa concreta. Sin embargo, en la actualidad, las poblaciones inclusive jóvenes, padecen enfermedades multicausales que no están solamente relacionados a agentes patógenos particulares, sino que están asociados a múltiples factores que nosotros llamamos estilo de vida y alimentación. Los sistemas de salud públicos y privados cuentan con grandísima tecnología maravillosa para operaciones, cirugías, diagnóstico, pero tienen limitaciones en los cambios de estilo de vida alimentación que requieren el mundo contemporáneo por múltiples factores que no vamos a tocar en este texto.
En todo caso, al estar tan separadas las disciplinas como la
medicina de la educación, las ciencias de la salud de las ciencias sociales y
las humanidades, y al convertir a los profesionales de la salud en técnicos más
parecidos a mecánicos hiper especializados, distanciándose del enfoque integral
de los antiguos médicos familiares, y en general de todos los enfoques
ancestrales de salud incluyendo el occidental hipocrático, el fenómeno
salud-enfermedad se ha reducido a modelos matemáticos cuantificables que buscan
el origen de la enfermedad en un agente patógeno. Este enfoque, llamado modelo
germinal, tuvo su origen a principios del siglo XX y fue muy eficiente combatiendo
enfermedades infecciosas; pero en la actualidad, donde las principales causas
de enfermedad son enfermedades multicausales no infecciosas, este modelo
hipertecnificado tiene grandes límites; más allá de reconocer sus enormes e
innegables avances.
Sin embargo, cada vez más profesionales de la salud y de
distintas áreas están dando un verdadero salto cuántico, trascendiendo la
mirada fragmentaria, mecanicista e hiperespecializada -que seguirá vigente y
desarrollándose, pero completada por miradas holísticas.
El papel que tenemos cada uno de nosotros, hoy
En esta realidad compleja, en donde además una gran cantidad de información está disponible, así como visiones y opciones diferentes, donde la ciudadanía es cada vez más activa, está más informada y es cada vez más exigente, se genera un verdadero poder del conocer; se trata de una nueva sabiduría interconectada globalmente. Por ello, y comprendiendo que el conocimiento es poder, tenemos la posibilidad de informarnos para tomar las mejores decisiones con respecto a nuestra vida y la de nuestros seres queridos; y no existe una dimensión más importante que la salud, la cual hoy se sabe y se reconoce su estrecha vinculación con la alimentación, el pensamiento, las creencia, la gestión de las emociones y en general nuestro estilo de vida.
Lo importante no son las recetas sino los principios:
creando tus propios métodos
Los enormes conocimientos actuales nos permiten entender que las recetas no son suficientes. No solamente hablamos de recetas en términos alimentarios, sino en prácticamente todas las áreas de la vida humana. Las recetas son relativas un momento determinado, a un lugar específico, a una cultura e inclusive a un individuo. Por ello tenemos como base que lo importante son los principios.
Si usted logra comprender, con un lenguaje sencillo e
integral la forma en que funcionan los cuerpos mental, emocional y físico y su
interrelación inseparable; si usted
comprende cómo funciona el organismo vinculado a su entorno cultural y
ambiental, si logra identificar los condicionamientos sociales que no le
permiten tener una vida próspera, feliz y sana, más allá de las apariencias,
usted será capaz de crear sus propios métodos, técnicas y herramientas, con la
que podrá mejorar su salud y tener una vida sana, próspera y feliz.
Pero recuerde: nos toca desaprender para aprender, y ese
aprender no es solo intelectual, es emocional y corporal, por lo tanto es
vivencial.
Emprendamos pues, esta aventura de llenarnos de poder para
sanar y vivir.
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