En la mayoría de los casos de las personas que oriento que aseguran no gustarle la cocina, el problema se fundamenta en una mala organización del tiempo y el espacio, en este caso, de la cocina. A continuación te presento una serie de recomendaciones para organizar tú cocina, con lo que optimizarás el tiempo y disfrutarás más de esta fundamental actividad en tu vida y salud.
Este ejercicio es clave para que la cocina no sea un suplicio, sino que sea un laboratorio, un lugar de meditación, de salud y abundancia. E n un hogar con una cocina en desorden, no se alcanza la salud y la prosperidad que mereces.
-Concibe tu cocina
como una cadena de ensamblaje. Diseña el uso del espacio de manera que sin
tener que moverte mucho de tu “puesto de trabajo”, tengas todo a la mano para
ensamblar tus platos.
-Retira de la cocina
lo que no usas diariamente. Los aparatos y utensilios que no usas todos los
días, no lo coloques en el espacio cotidiano de cocina. Esos los puedes colocar
en otros lugares. En cambio, lo que usas siempre como tablas, cuchillos,
cucharas y otros, han de estar en lugares accesibles, siempre en el mismo lugar
y de forma ordenada. Ya sabes, ese procesador que heredaste pero que nunca usas
y que está justo en el lugar de cocinar: ¡retíralo! solo te roba espacio, energía y te
hace más difícil la cocina.
-Almacena los
alimentos listos para usar. Un elemento muy eficiente es que al adquirir
los alimentos, los laves y almacenas listos para preparar. Por ejemplo, las
hojas como lechugas, espinacas, entre otras, se lavan, secan y se almacenan en
envases que podrán colocarse en el refrigerador, listos para utilizar día a
día.
-Organízate bien
antes de empezar a cocinar. Los gastrónomos profesionales hablan del mise en place, es decir, que todo está
ordenado y puesto en su lugar. Procura organizar bien el espacio y los
utensilios de forma que los puedas tomar fácilmente lo que requieres. Comienza
con los utensilios, luego, con los ingredientes, organizándolos, picándolos y
demás, para luego simplemente ensamblar y preparar. De esta manera, el trabajo
de la cocina es más sencillo.
-Ve lavando lo que
vayas ensuciando. Otro error común es ir acumulando trastes sucios. Procura
ir lavando lo que vas usando y así no te conseguirás con un cerro de platos y
utensilios sucios. Así mismo, las grasas que se enfrían, son más difícil de
lavar. Así que no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
En próximas entregas, te presentaré ideas para la planificación de menús terapéuticos
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